lunes, 3 de marzo de 2014

Sólo si duermes

"Está bien, hice lo que tenía que hacer".
Pensaba mientras caminaba a ningún lugar, sin ninguna prisa. La verdad es que no sabía que iba a hacer a partir de este momento. Lo único que sabía era que no podía seguir como estaba, que básicamente no estaba.
La noche del sábado llegó a su casa a la madrugada después de un largo día de trabajo, estaba cansada, pero una copa y un poco de risas por ahí le hubiesen venido muy bien. Sin embargo, se tomó el micro, llegó a casa, él dormía, ella se sentó a los pies de la cama y cenó el bocadillo que traía. 2 horas después decidió meterse en la cama. Ya tenía el frío del sueño en el cuerpo. Miró su móvil como siempre por última vez y cerró lo ojos....y soñó. Era lo mejor que le pasaba últimamente, soñar, aunque no todos fueran sueños bonitos, siempre, de una u otra manera aparecía siempre él.
Aquella noche no fue la excepción y fue muy especial. Se despertó con una sonrisa. Intentó recordar exactamente todo lo que había pasado, detalle incluidos, pero sólo tenía una imagen clara. Él y ella, sus caras frente a frente pero recostados. Él a su lado pero la miraba desde arriba, le sonreía, no hablaba le miraba a los ojos mientras le acariciaba la cara, el pelo y el cuello. Ella estaba relajada, disfrutando como hacía mucho que no disfrutaba de un momento así. Disfrutando de él. Él se mostraba muy decidido a seguir con todo aquello, no había prisas, ni nada que lo impidiera. Le besó muy suavemente el cuello, subió hasta el lóbulo de la oreja, ella esperaba un pequeño mordisco pero sin embargo recibió un roce de sus labios. Estaba siendo muy dulce, cuidadoso, tierno y respetuoso. Pero no iba a parar y ella tampoco se lo impediría. Su recorrido siguió y llegó a su boca. Describir aquel beso era complicadísimo, por que son esos besos que lo que te hacen sentir nace desde muy adentro. No fue un beso de esos que denotan pasión, aunque luego den lugar a ella. Fue de esos besos que transmiten ternura, cosa muy difícil a ciertas edades, ya que la pasión es lo que prima y conseguir transmitir ternura es todo un logro y él lo estaba haciendo.....
El sueño continuó, no terminó allí, pero ella se despertó con aquello y lo tenía grabado en su cabeza. Miró a su lado y de repente se le borró la sonrisa y lo que sintió fueron ganas de llorar. No por cargo de conciencia, ella no podía controlar sus sueños, si no de tristeza. Definitivamente aquello estaba terminado y tenía que hacerlo de una vez por todas.
Lo pensó, pensó mucho en todo, en él, en ella, en ellos, en sus sueños, que no eran más que sueños, pero por algo estaban. Tomó la decisión. Increíblemente no lloró.
Siguió caminando sin saber a dónde ir ni qué hacer hasta que algo la sacó de sus pensamientos, un ruido de tren. Estaba en la estación del tren. Justo llegaba uno, que hizo su parada correspondiente y ella sin saber a donde iba, se subió. Se dio cuenta que estaba yendo para el lado contrario al que iba todo los días. Pasó por montes, playa, mar, acantilados y ciudad....llegó a su destino final y pensó: "Cuánto hacía que no venía acá!". Cogió su teléfono, buscó un número y lo marcó: "Hola!, estoy en tu ciudad....quedamos?. Sí!!! contestó su amiga....
Aquel no sería el día de hacer realidad sus sueños, no tenía forma de encontrarlo, a menos que se durmiera y soñara.

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